El número de víctimas mortales en accidentes de tráfico mayores de 65 años ha superado por primera vez al de fallecidos de entre 18 y 24 años, "un cambio brutal en el perfil en la siniestralidad que hay que analizar", ha asegurado hoy la directora del Observatorio de la Seguridad Vial, Anna Ferrer.
En declaraciones a los medios de comunicación tras participar en un encuentro sobre seguridad vial, Ferrer ha afirmado que los datos "provisionales" y en términos "absolutos" a la espera de la publicación del Anuario Estadístico de Accidentes de la Dirección General de Tráfico señalan que en 2010 fallecieron en las carreteras 400 jóvenes frente a 500 víctimas mayores de 65 años. De estas últimas, 300 murieron en carreteras y 200 en zonas urbanas.
Ferrer ha abogado por "afinar" los mecanismos para detectar cuándo una persona mayor de 65 años ha perdido la capacidad para conducir y para mejorar el funcionamiento de los centros de reconocimiento de conductores.
Además, ha subrayado que la mayoría de siniestros mortales que afectan a este colectivo se produce en carreteras convencionales, circunstancia a la que se añade "muchas veces" que los fallecidos no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
Reducir un 10% la muerte de ancianos
Por todo ello, la Estrategia de Seguridad Vial para el periodo 2011-2020, aprobaba por el Consejo de Ministros el pasado mes de febrero, se ha fijado entre sus objetivos reducir en un 10% el número de fallecidos mayores de 65 años.
Ferrer también ha destacado la meta de reducir a cero el número de fallecidos en accidentes de tráfico en zonas urbanas y lograr que ningún niño pierda la vida por no ir sentado correctamente en una silla adecuada para su edad.
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