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viernes, 25 de marzo de 2011

A MI NO ME PASARÁ


Es algo, cuanto menos, curioso. Son situaciones que se dan a menudo, las cuáles son ya identificables por prácticamente todos nuestros sentidos. Son sucesos llenos de fuerza, que moldean a su antojo las vidas de los protagonistas de forma indefinida, sucesos que arremeten contra la especie humana, últimamente, con demasiada intensidad; son los accidentes de tráfico.

El día 23 de Marzo se llevó a cabo un espectáculo, el “Road Show”, en el teatro Miguel Fleta de Utebo, en el cuál se trataba precisamente este tema. En él participaron personajes relacionados con los accidentes de tráfico, tales como: un policía, un bombero, una doctora, un lesionado… de esta forma se consiguió dar un punto de vista desde muchas perspectivas diferentes. A este acto habían sido invitados un grupo de jóvenes del instituto Pedro Cerrada, los cuáles asistieron además de algunas autoridades. El objetivo consistía, primordialmente, en advertir del peligro ante el volante que puede tener un conductor bajo los efectos del alcohol u otras drogas; y bajo mi humilde opinión considero que se consiguió holgadamente el propósito inicial.

Realmente fue un acto interesante además de emotivo y diferente. Muchas emociones emergieron desde bien adentro hasta situarse a flor de piel. Distintas personas iban saliendo al escenario perdiendo palabra tras palabra sus verdades más sinceras. Unos hablaban del olor de la muerte, un olor dulzón que todo lo impregna; otros, a la vez que derramaban frías lágrimas, confesaban algunos de sus pensamientos no muy lejanos, sus miedos más peligrosos, aquellos que llegaron a su vida arrasando con sus sueños, destruyendo vorazmente cada una de sus ilusiones. Y la tristeza salió a escena y el ambiente se cargó de esa fiel realidad que a todos nos asusta tanto. Se habló también de dolor, de sufrimiento, físico y psíquico, de machaque, de sentimientos que no llegan a formar parte de la muerte, pero sí la rozan.

Ciertamente todos nos exponemos a ser tristes protagonistas de un accidente de tráfico cada vez que nos montamos en un vehículo. Mas pocas veces lo pensamos así. Vivimos bajo lemas erróneos, bajo verdades que nosotros mismos inventamos por conveniencia, bajo falsedades irreales. Nos gusta taparnos los ojos con aquella venda traidora, llamada ignorancia, cuando vemos algo que nos atemoriza o nos disgusta. Nos levantamos cada mañana en un mundo ponderado por el mismo sol y cielo de siempre, y la misma idea que anuncia: “a mí no me va a pasar”… y todo va estupendamente hasta que aquella idea que alberga tu cabeza te falla, y sí, pasa y ya no al vecino, al chico joven que salió ayer por la tele, o al primo de tu tío, sino a ti, eres tú quién está en peligro, todo cambiará para siempre y para que nos vamos a engañar, los cambios asustan.

Por todo esto es necesario una mayor concienciación de la sociedad ante este tema. Para evitar al máximo el número de delincuentes al volante, y así minimizar el número de víctimas, de vidas quebradas, de familias destrozadas, de ese dolor patente que desgarra hasta al humano más audaz.

MARÍA TARDÍO CAZORLA  (1º BACHILLER, I.E.S. PEDRO CERRADA DE UTEBO)

1 comentario:

  1. Cosas tan sencillas y sinceras como unas palabras desde el corazón, son las que nos animan a seguir trabajando para conseguir que no se rompan más vidas. Gracias María.

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